Las recientes jugosas ganancias de la industria automotriz alimentadas por una creciente demanda de vehículos nuevos en Norteamérica afrontarán próximamente la ley de la oferta y la demanda: un conjunto de nuevas fábricas en la región empezará a producir un millón de autos o más en los próximos años.
Un gran aumento en la capacidad de producción supone un riesgo serio para las automotrices. Estas generan fuertes ganancias si sus fábricas operan a casi 100% de su capacidad, pero acumulan pérdidas rápidamente si la tasa de utilización cae por debajo de 80%. Cuando los fabricantes producen más autos de los que venden, a menudo recurren a guerras de precios para impulsar las ventas.
Esta semana, en el Salón del Automóvil de Detroit, Volkswagen AG VOW3.XE -1.64% anunció que construiría una planta en Norteamérica como parte de su plan de invertir US$7.000 millones en la región en los próximos cinco años. La automotriz alemana ya construye una fábrica en México y tiene otra en el estado de Tennessee, Estados Unidos, que fue inaugurada hace dos años y opera a cerca de la mitad de su capacidad.
Honda Motor Co. y Mazda Motor Corp. también construyen plantas en México, mientras que Nissan Motor Co. empezó a producir autos en su nueva fábrica mexicana en noviembre. Asimismo, Honda, Ford Motor Co., Toyota Motor Corp. y General Motors Co. están expandiendo la capacidad en sus actuales instalaciones en EE.UU. y Canadá.
A algunas automotrices ya les preocupa el exceso de capacidad.
"Lo último que necesitamos es elevar nuestra capacidad" fabril, dijo Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de Chrysler Group LLC y Fiat SpA, F.MI +1.21% esta semana en Detroit. La construcción de plantas no es la única tendencia que merece atención, porque aumentar el uso de las líneas de ensamblaje automatizadas también puede impulsar la producción de las fábricas existentes.
Marchionne es consciente del problema que pueden causar las fábricas poco activas. Un exceso de capacidad de producción y el uso de fuertes descuentos fueron dos de los factores que llevaron a Chrysler a solicitar protección de la ley de bancarrota en 2009. En Europa, donde las ventas de autos han caído en medio de la prolongada desaceleración económica, Fiat, Peugeot Citroën SA y Opel, filial de GM, tienen plantas con capacidad ociosa y pasan apuros para contener las pérdidas. En los primeros nueve meses de 2013, las operaciones europeas de Fiat perdieron 420 millones de euros (unos US$574 millones) y la empresa no prevé volver a ser rentable hasta 2015.
Infiniti, la marca de lujo de Nissan, decidirá para fines de marzo si fabricar autos en EE.UU. o en una nueva planta en México, posiblemente en sociedad con Daimler AG, señala el presidente de la división, Johan de Nysschen.
Por ahora, sin embargo, las ventas de autos crecen de manera estable en EE.UU. y las automotrices necesitan más plantas para responder a la demanda futura, dice John Hoffecker, socio gerente en la consultoría Alix Partners. "Al ritmo que crecen las ventas, deberíamos estar bien", opina.
"EE.UU. es un mercado de sólido crecimiento", agrega Steven Cannon, presidente ejecutivo de la unidad estadounidense de Mercedes-Benz, de Daimler.
Las ventas en EE.UU. subieron 7,6% en 2013 a 15,6 millones de autos y camionetas. Los analistas creen que esa cifra subirá a 16 millones de vehículos este año y a 17 millones en unos años si la economía estadounidense continúa mejorando.
Scott Keogh, jefe de ventas en EE.UU. de Audi, la división de lujo de Volkswagen, afirma que la situación energética favorable de EE.UU. beneficia las ventas de autos. Una mayor producción de crudo y gas gracias a la fracturación hidráulica, o fracking, está convirtiendo al país en uno de los mayores exportadores de energía. "Eso cambia la balanza del comercio, crea mucho empleo (y) reduce los precios de los combustibles", asevera el ejecutivo.
Joe Langley, analista de la consultora IHS Automotive, subraya que las automotrices esperan exportar parte de la producción de sus nuevas plantas norteamericanas. "Los fabricantes también planean apalancar sus nuevas instalaciones, en particular en México, para transformarlas en centros de exportación, reduciendo aún más el riesgo de sobrecapacidad", dice.
En algunos casos, las automotrices usarán sus nuevas plantas para trasladar producción de otros lugares a Norteamérica. Honda y Toyota han empezado a utilizar sus fábricas en EE.UU. para producir modelos que antes importaban de Japón. Mazda actualmente fabrica la mayoría de sus autos en Japón y no cuenta con una operación manufacturera en América del Norte.
Hasta el momento, los precios en EE.UU. han estado al alza. Alan Mulally, presidente ejecutivo de Ford, elogió la "disciplina" exhibida por los principales actores en el mercado estadounidense a la hora de equilibrar la producción con la demanda. "Claramente, recuerdan lo que les pasó. También quieren conservar el valor de estos vehículos magníficos, y eso no se hace con descuentos", señaló.
fuente es de :http://online.wsj.com
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