Carro y compras han sido el binomio sagrado del fin de semana para millones de estadounidenses durante los últimos sesenta años, pero esa costumbre de pasar el día en un mall agoniza y deja con su marcha un panorama de gigantescas estructuras vacías en mitad de la nada, mientras muchas ya han certificado su defunción.
Expertos coinciden en que el 15% de los centros comerciales de EE.UU. cerrará o dejará de ser espacio de venta en diez años para convertirse en escuela, oficina o incluso iglesia, según los últimos datos de Green Street Advisors.
La compra online ha despojado de sentido a estos lugares en muchos aspectos y les supera en las que tradicionalmente eran sus grandes beneficios: comodidad, eficiencia y la posibilidad de elegir entre más opciones que las que ofrece el pequeño comercio urbano.
El sistema se ha sofisticado en los últimos años y se ha ganado la confianza de miles de consumidores que se han rendido ante la conveniencia de comprar el producto deseado desde la comodidad del hogar entre una oferta inimaginable en las tiendas físicas con descuentos, envío gratuito o barato a domicilio y el consejo de expertos.
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