Richard Davis comenzó a trabajar como cajero de banco el día que cumplió 18 años. Casi cuatro décadas más tarde, dirige U.S. Bancorp, (USB) uno de los mayores prestamistas de Estados Unidos.
“Algunos de los mejores banqueros encontraron el camino para llegar a su puesto tras comenzar como cajeros”, dice Davis, quien comenzó su carrera en Security Pacific Bank en Los Ángeles en 1976.
Hoy en día, pocos jóvenes de 18 años que empiezan su carrera detrás del mostrador de un banco pueden prever terminar en dirigiendo el banco.
Los cajeros son desde hace tiempo una de las características más visibles de un banco: el rostro de la institución para muchos consumidores que visitan las sucursales regularmente. Pero las presiones para reducir costos, los desarrollos tecnológicos y los hábitos de consumo cambiantes están reduciendo la cantidad de personas en este rol, lo que limita su influencia y reduce sus salarios.
“El cajero es una especie en peligro”, afirma Harley Shaiken, economista laboral de la Universidad de California en Berkeley, quien ha investigado salarios y condiciones laborales en el sector de servicios.
En una encuesta realizada a principios de este año por la firma contable y de consultoría Crowe Horwath LLP, el cajero promedio en Estados Unidos, que trabaja a tiempo completo y que tiene pocos años de experiencia, gana US$25.738 en total durante un año, 2,9% menos que el año previo y el salario más bajo entre las 28 funciones bancarias analizadas en la encuesta.
Según los datos más recientes de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., el salario anual medio de los trabajadores estadounidenses es de US$46.440.
Desde 2002, la compensación total de un cajero con experiencia ha caído 3,8% tras un ajuste por inflación, según datos de Crowe Horwath ingresados en la calculadora de inflación de la Oficina de Estadísticas Laborales. Durante el mismo período, el sueldo de un oficial de préstamos comerciales aumentó 9,8% ajustado por inflación.
Los problemas financieros de los cajeros ponen de manifiesto las dificultades en el sector bancario estadounidense.
A medida que las nuevas regulaciones y un débil crecimiento económico afectan el balance, los bancos han sentido presión para eliminar sucursales y empleados.
La cantidad de sucursales bancarias en EE.UU. hace poco bajó a su menor nivel desde 2005, y más de 4.800 filiales cerraron desde el máximo en 2009, según datos de Federal Deposit Insurance Corp.
Entre 2007 y 2013, la cantidad de cajeros bajó 13,2%, equivalente a 80.280 puestos de trabajo, a 527.680, un mínimo de 11 años, según de la Oficina de Estadísticas Laborales (OEL). Entre 1999 y 2007, los bancos sumaron 154.820 cajeros, según datos de la OEL.
J.P. Morgan Chase JPM +0.97% & Co., el mayor bancos por activos en EE.U., prevé que para el año próximo habrá reducido la cantidad de empleados en sus sucursales, excepto gerentes, en 20% frente a 2011. También ha remodelado filiales, reduciendo el espacio para cajeros en alrededor de un tercio, para hacer lugar para oficinas donde los empleados del banco puedan asesorar a los clientes sobre temas financieros.
Herramientas en línea y cajeros automáticos más sofisticados han crecido en popularidad en los últimos años, lo que significa que las sucursales ya no necesitan tantos trabajadores para ocuparse de depósitos en efectivo y cambiarles cheques a los clientes.
Con el auge del comercio electrónico en muchas industrias, algunos trabajos iniciales se han vuelto menos comunes, quitándole opciones a los jóvenes y eliminando un camino del que solían salir muchos gerentes.
Davis, el presidente de banco que empezó como cajero, dice que hoy los cajeros se parecen a los trabajadores de aerolíneas que aún facturan el equipaje de los pasajeros pero no tienen que entregar tantos boletos como antes.
El ejecutivo de U.S. Bancorp también predijo que en el futuro seguirá habiendo cajeros, pero que tendrán más destrezas. “Todos decían que para el año 2000 no habría más cajeros”, dijo Davis. Aunque las nuevas herramientas bancarias en smartphones “sumaron otra forma para que los clientes accedan al banco, no eliminaron la necesidad de un cajero”.
En algunos bancos, las tareas de los cajeros están siendo consolidadas lentamente en el rol de “banqueros universales”, que tienen más experiencia en productos como préstamos y tarjetas de crédito.
Esos cambios podrían detener una lenta caída en los salarios de los cajeros, que se ha deteriorado frente a los de otros roles bancarios como secretarias y empleados contables.
El año pasado, el ingreso promedio de un cajero era de US$12,21 la hora en EE.UU., según la OEL, unos US$5 más que el salario mínimo federal estadounidense de US$7,25.
Algunos cajeros tienen problemas para llegar a fin de mes. En 2009, cuando trabajaba de cajera en un banco de Queens, Nueva York, Glorivee Caban y su bebé pasaron una semana en el piso de un albergue para personas sin techo. Luego pasó a una habitación en otro albergue, tras abandonar un apartamento que ya no podía pagar.
Caban, que en ese momento tenía 21 años, ganaba US$11 la hora, y trabajaba 24 horas por semana. Pidió sumar horas a su jornada pero dijo que el banco no accedió.
Este año, Caban dejó el banco y comenzó a trabajar administrando los pagos en un consultorio dental en Nueva Jersey por US$17 la hora, con beneficios. Ahora vive en un apartamento de dos dormitorios.
“Cuando comencé a trabajar en el banco, estaba entusiasmada y pensé que mi vida sería genial”, dice. “Pero luego mis sueños se hicieron añicos”.
—Julie Steinberg y Emily Glazer editores de Wallstreet journal